Sueños bordados
En alfombras mágicas.
Sueños tardíos.
Ilusos.
Cautivos.
Extraviados en la ilusión
platónica del tiempo.
Admirados a lo lejos por una tele.
Clavando un cuchillo en el alma
Cuando aquí se vive.
Junais para unos.
Esperanza ilusa para otros.
Pero todo es
Un verdadera ‘Pantalla’ de fantasía.
Porque al llegar aquí
La perspectiva cambia.
Lágrimas resbalan nuestros rostros.
La angustia nos carcome las entrañas.
La soledad se convierte en fiel amiga.
Y los recuerdos,
Ésos en puñaladas al rojo vivo.
¡Somos gaviotas inmigrantes!
Estamos extraviadas en el laberinto de la vida.
Colgantes eternos de las ramas de los años.
Tales crueles,
Nos marcan la piel ambulante sin medida.
Neta.
Alicaída.
¿Y los más desafortunados?
Aquellos que de la frontera no pasan.
Que luego de ser tratados peor que perros
ante su último intento de cruzar
esas tan tentadoras fronteras,
sus vidas pierden.
¡Ah, Gaviotas Inmigrantes!
Nómadas criaturas sin pie firme
¿Qué será del mañana?
¿Tendremos algún pedazo de tierra
Donde enterrar nuestros huesos podamos?
O,
¿Serán esos huesos discutidos
ante una corte suprema
Si deben ser deportados
o darles tarjeta verde?
Gaviotas tristes.
Tristes gaviotas
La fe es la última en perderse.
Porque…
Aquí o allá,
con Dios andamos.
(2000, De mi colección poética “Inquietudes Humanas”)

