Como las estaciones del año…
y la luz de la luna en la noche…
La creatividad viene, se queda y se va…
Una mañana, soy poeta, al otro instante,
me encuentro pintando el mar.
A la noche siguiente,
notas melodiosas salpicando mi cerebro están,
escribiendo allí, una bella canción de amor.
Y así de repente, sin explicación tal,
me voy a la cama sola, completamente sola.
¿Por qué?
¿Cómo es posible esto?
La creatividad se ha desvanecido
por la puerta del “yo no sé”.
Busco por todas partes.
Ansío un sol brillante…
Trato de palpar la naturaleza con mis manos…
Camino hacia el reflejo de la luna en el mar.
Pretendo traducir mis pensamientos en versos
sin suerte alguna.
Veo el reloj dar vueltas con sus agujas: Tick-Tack-Tick-Tack
La creatividad se ha marchado…
Horas… Días… Semanas… Meses…
Todas ellas pasan, y yo,
sintiendome por dentro tan vacía.
Entonces, pregunto:
¿Cómo y cuándo pude
escribir, pintar o componer algo
conteniendo tanta belleza e inspiración?
¿Cómo pude? Y ¿Por qué no ahora?
Entonces, con certeza,
llego a la conclusión de que
La creatividad tiene su ímpetu.
Impetu que viene, se queda y va…
Impetu que a veces me pega tan fuerte,
y con la misma brusquedad con que lo hace, desaparece.
Dejándome tan sola y triste, en un completo vacío.
Sin mi pintura, poesía o música…
Navegando un mar sin mar…
(1995, De mi colección poética “Inquietudes Humanas”)
Categories: POESÍA
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