La noche nos revela misticismo.
El viento cristaliza un momento más.
El silencio obsequia velas de bengala
Mientras sus ojos nos revelan curiosidad.
El quejido de las hojas cayendo al piso
Arrebatan inquietudes al azahar.
Son deseos quebrantados por el hecho
De que él da la vuelta, y se va.
La noche, entonces cuenta la leyenda
Del hombre que penetra un forestal
Va en busca de su doncella extraviada
Va en busca de su anhelada felicidad.
Al encontrarse con la mujer de sus sueños
Comprende que el realismo es un traidor.
La noche se ha enfrascado en su pena
Arrojándolo al precipicio del alcohol.
Agonizante, sólo clama la muerte
No hay razón alguna de esperar por ella más.
Es que la noche le ha robado a su doncella
Y el viento le apuñaleó el corazón.
Químera noche nos revela misticismo
Químero viento nos regala insensatez
Químeros ojos nos otorga indiferencia
Químero silencio fuego lento, mortal.
( 2012, De mi colección poética “Surreal”)

